La casa, el jardín y la piscina muy bonito, como en las fotos.
Pero muchas cosas en contra: La cocina aparentemente limpia pero había restos de comida.
Nos vimos en la necesidad de comprar unas sabanas nuevas porque al llegar vimos pelos de persona y mascota entre las sábanas, se lo comuniqué por la mañana a la persona que nos atendió y solicité un juego limpio, pero no nos respondió hasta la noche. Luego se ofrecio a pagármelas, aunque no acepte y fue una situación bastante incómoda.
También había pelos en la bañera, WC, etc.
La lavadora no funcionaba, lo avisamos.
Nos dijeron que la piscina estaría habilitada hasta octubre ( fuimos a mediados de septiembre) y estaba con el agua clara pero sin depurar, sin limpiar el fondo y no invitaba al baño.
Hay una fosa séptica a unos 5 m de la puerta de la casa y a veces olía.
En general considero que la limpieza es muy mejorable y nos ha hecho incómoda la estancia.

Preciso lugar para relajarse y disfrutar de la vida con calma. La casita es una cucada y tiene un jardín que es una gozada, con diferentes zonas. No le falta detalle. Muy tranquilo, fresquito para el verano y con total intimidad respecto a la casa grande.
Toda la finca es espectacular, con montón de árboles y la piscina está genial. Solo tengo buenas palabras para este alojamiento. Nos hemos sentido muy, pero que muy bien allí. Y nuestra perra estaba encantada con tanto sitio para olfatear.

Muy bien situado para hacer excursiones por la maravillosa Sierra de Gredos. Y Arenas es un pueblo bien animado. En resumen, un sitio perfecto, con unos anfitriones muy majetes.

la casita es un encanto, dentro de una finca donde te puedes mover a entera libertad, tienes derecho a la piscina familiar que es preciosa y muy bien cuidada, nunca hubo nadie.
Nives la madre de Enrique un encanto y el padre también.
Estuvimos 3 días y se nos hizo cortisimo.
Sin duda si volvemos por estas tierras escogeremos este lugar.

De las estancias más cómodas y fáciles, gracias a los anfitriones. Nieves y Enrique estaban en todo, detalles para el desayuno como unas palmeritas riquísimas. La finca, la piscina y la casa geniales. Fueron encantadores con nuestra bebé y nos dieron todo tipo de facilidades. Si volvemos por la zona, repetiremos.